lunes, 20 de octubre de 2008

El beneficio de la duda

lunes, 20 de octubre de 2008 2
Cuando crees que algo puede ser para siempre y estás tan aferrado a un sentimiento afín, no piensas en nada más, y lo único que haces es ser consecuente contigo y tratar de llevar adelante ese conjunto de cosas que te llevan con él. De manera que no piensas en nada más, y ni se te pasa por la mente que los vidrios en vez de dejar ver por el otro lado podrían estar empañados, que el aire puro que respiras en realidad no podría ser tan puro y que las emociones pueden jugarte una mala pasada por un cierto período de tiempo.
¿Período de tiempo? Sí, período de tiempo. Es que creo que los estados son temporales. Bueno, si te sientes en un estado donde seres animados te presiona sin querer, pero lo hacen, donde te sientes perseguido... en fin, no conviene seguir enumerando.
Es una duda por eso mismo... como pasa el tiempo, y a veces no sólo se necesita el esfuerzo de cada quien, el mundo debe de tener alguna señal que indique que vas bien, aunque por ahora sólo traiga malas noticias.

La reflexión del día. Como la mayoría, sencillo y directo.

jueves, 16 de octubre de 2008

Leyes

jueves, 16 de octubre de 2008 2
Había una vez... un electrón (¿es un cuento?) perteneciente a un átomo, que como cualquier electrón, viajaba en órbitas alrededor de él. ¿Hay algún fin en específico para que este electrón esté dando vueltas y vueltas sin parar hasta que llegue otro átomo? No creo que lo sepa, al menos para él.
Un día, en una de esas miles y miles de vueltas que da alrededor de esa masa positiva que tanto anhelaba, vio otro electrón perteneciente a otra órbita. Y se enamoró perdidamente de ese otro electrón, lo que lleva a creer que en las cosas que creemos inanimadas también existe el amor a primera vista. Le llamaba la atención la órbita perfecta que describías, sin equivocarse, la energía que irradiaba (hipotética) que dejaba destellos increiblemente bellos, que sin duda cautivaban a nuestro protagonista.
Quería acercarse a él, pero tenía un inconveniente... no podía salirse de su trayectoria tan fácilmente. Habló con el núcleo atómico para conseguir si podía salirse de su órbita para intentar juntarse al menos un ratito con ese electrón, conocerlo y aprender de él y de sí mismo...
Salió de su órbita e intentó viajar con sus energías donde estaba él.. pero fue imposible.... La naturaleza de ellos les impedía estar "juntos" en una cierta distancia muy corta, por más que lo intentó, la fuerza que los separaba era superior, mientras que el otro electrón, inadvertido de todo lo que pasaba, seguía su trayectoria como un día normal...

Aquí es donde para siempre, y guardándose para sí el dolor de un amor imposible, el electrón protagonista maldijo la ley de repulsión.


¿Y para nosotros... también correrá dicha ley?
 
Leyo y sus casi alter ---- egos ◄Design by Pocket, BlogBulk Blogger Templates